Inabarcable, salvaje, alucinante, precioso… Todos estos adjetivos y muchos más sirven para describir a Canadá, un país que lo tiene todo. Un lugar gigantesco que te hará sentir pequeño, y a la vez, privilegiado. En ningún lugar como aquí, podrás sentirte tan unido a lo natural e indómito. Lagos y cañones, montañas rocosas, bosques o glaciares. Ante ti, todo.
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Junto a la policía montada, el oso grizzli es el principal icono del país. Khuzemateen es el parque dedicado a protegerlos, descúbrelos recorriendo sus caminos, regados de lagos, ríos y fiordos. Más bella natural encontrarás en el Parque Nacional de Banff, en Alberta. Todos estos paisajes (¡y muchos más!) contrastan con ciudades como Vancouver, Montreal o Toronto, lugares a la última apuntalados por el progreso y la innovación.
En la gastronomía de Canadá, reside la influencia variada de su origen y su potencia natural. De este modo, encontramos el Tourtière (de origen franés), el sirope de arce o la carne de bisonte.
